Monday, May 14th, 2012

Una muy buena crónica!

El cuaderno del bolsón

Enrique Peña Nieto estaba sentado, de piernas cruzadas. El rostro adusto. Los ojos hundidos. Sonríe, a fuerzas; como si dos hilos le colgaran de las mejillas y fueran jalados por algún ente invisible para levantarle los labios y disimular concordancia. A su lado, el Rector de la UIA, José Morales Orozco, observa calmo el devenir de la confrontación. Frente a él, un mar de pancartas. Un océano de dialéctica. No le querían. Lo sabía. Puños vociferantes, escondidos entre la maraña de cabezas y cartones pintarrajeados, claman por una justificación, casi 6 años después, del Caso Atenco. Otros, los menos, pero no tanto, acallan el escrutinio con ‘odas’ al ‘presidente’ que ‘se ve y se siente’. Una olla express. Entre palabra y pausa hay murmullos. Cada cuanto un grito. Y cada corpus es interrumpido. Le demandan ‘cómos’. Toda voz que se oiga es silenciada casi unánimente. “Respeta”, reclaman de…

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