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22/09/2022: Es otoño

Thursday, September 22nd, 2022

Septiembre ha sido un mes lleno de actividades diversas y dispersas que incluyen una breve e interrumpida visita a Tepic, aunque alcancé a cumplir con mis dos propósitos principales.

Para las últimas semanas, comenzando desde hoy, tenemos agendadas algunas reuniones en la ENES UNAM León. La de hoy fue una invitación a asistir a la conferencia impartida por la Dra. Ana Rosa Barahona Echeverría, “La bioética esencial para combatir el cambio climático”; una conferencia muy estructurada que incluyó algunas de las cosas que los alumnos de Ibero Tijuana (Cálculo III, en 2006 aproximadamente, y Comunicación Universitaria en 2011, antes de que yo renunciara) conocieron, hicieron suyas y, lo mejor, continúan incluyéndolas en sus propuestas y publicaciones. Claro, la conferencia fue la actualización en voz experta.

Lo más interesante/impactante para mí, este día, vino al salir del evento y mientras me encaminaba hacia la salida del campus. En el andador encontré a Alicia Escobar y a Félix Patiño; Alicia es la Coordinadora de Carreras Humanidades y Arte de la institución, Félix es un docente al que he encontrado en diferentes reuniones de carácter académico y también social. Me detuve cuando Alicia me reconoció y me llamó; Félix se despidió y Alicia me invitó a entrar a ver una serie de cortos que se proyectaban en ese momento, dijo, dentro de la 25ª Muestra Fílmica de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM, en la ENES.

Lo que se proyectaba no era un corto, ciertamente. Entramos cuando ya había iniciado la proyección de Rebeldía, grita el grano en el surco al agrietar la tierra para recibir los rayos del sol, dirigida por Pablo Ramos y con duración de 80:00 min. Es la historia narrada por el protagonista, “El Comandante Antonio” (alias de Jacobo Silva Nogales), “quien organizó dos grupos armados, fue traicionado, torturado y encarcelado en un penal de máxima seguridad, ahí tomó su caso, se defendió, obtuvo su libertad y la de su “esposa Revolucionaria”, ahora es un escritor”, se lee en la sinopsis.

Nacido en Oaxaca, en la pobreza, su madre lo llevó a vivir y trabajar en CDMX pero lo regresó a Oaxaca cuando quiso estudiar la secundaria, dice Wikipedia; Trabajó para poder costearse los estudios y al terminar la secundaria estudio el bachillerato en uno de los planteles de Educación Media Superior del Instituto Politécnico Nacional, uno con orientación hacia la ingeniería y las ciencias fisicomatemáticas. Luego se empleó como maestro rural … y supo de la guerrilla.  En ese punto entramos a la sala de proyección, cuando cuenta cómo buscaba por todos los medios estar cerca de las acciones de la guerrilla urbana con el afán de ser enganchado.

A todo color vimos la imagen de Lucio Cabañas después de que su cuerpo fuera recogido por el ejército al que no se entregó vivo, aunque estaba derrotado. Las montañas de Guerrero, la condición de pobreza, el abuso de las autoridades y de los militares, reforzaron su vocación guerrillera. El video completo (tomado por las mismas fuerzas policiales) de la matanza de campesinos  en Aguas Blancas, Guerrero, es parte de este  doloroso documento. Se crea el Ejército Popular Revolucionario (EPR) cuya primera aparición pública data del 28 de junio de 1996, durante un acto luctuoso en memoria de los 17 campesinos asesinados. Así comienza a operar este grupo en la sierra de Guerrero. Posteriormente, explica, se separo del grupo para formar el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) buscando que sus correligionarios no supieran solamente obedecer sino también generar ideas. Ahí conoció a su compañera (luego esposa) sin que ninguno supiera el nombre real del otro hasta pasados algunos años.

“Su lucha social culminó años después cuando fue detenido por la Policía Federal Preventiva, arbitraria, ilegalmente y con violencia en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1999. Fue torturado cruelmente, llevado a una base militar clandestina, secuestrado y desaparecido por tres días. Lo obligaron mediante tortura a dar la dirección de su casa para también arrestar a su esposa y a firmar declaraciones prefabricadas y falsas”, dice Julio César López en “Antonio, el comandante insurreccionista”. Una vez detenido, y encarcelado en el penal de máxima seguridad de La Palma, mejor conocido como Almoloya –en el Estado de México–, el comandante Antonio fue identificado como Jacobo Silva Nogales.

Diez años de cárcel le tomó saber que la Constitución estaba de su parte y que no podrían haberlo encarcelado por algo más de cinco años. Él y su esposa fueron liberados y se dedica a escribir, a difundir sus aprendizajes y reflexiones y a poner todo a disposición de quien lo necesite o lo busque. Contralínea tiene un archivo con documentos de y sobre él.

Durante la narración fueron viniendo a mi memoria mis propias vivencias, aunque en ninguna haya yo resultado herida físicamente:

  • Movimiento Estudiantil de 1968
  • Matanza de Tlatelolco
  • La muerte del Sifo el 13 de junio de 1971, durante El Halconazo
  • La encarcelación de los profesores que asistían al taller que daría lugar a mi tesis de maestría, en el verano de 1977, acusados de ser guerrilleros en CDMX, y la tortura de dos de ellos en el Campo Militar,
  • La vigilancia de que fue objeto mi hijo de ocho años por ser cardenista de hueso colorado (algo independente de mí, por cierto), durante los últimos seis meses de 1988, por los agentes de Gobernación que encabezaba el criminal Manuel Bartlett.

Me fui crispando, conteniendo mis emociones, mientras el relato llegaba a su fin. El 2 de octubre está muy próximo, con toda su carga emocional.

Algunas de las afirmaciones de Silva Nogales las comparto totalmente:

  • La entidad más criminal en México es el ejército;
  • Sin importar el partido o el grupo en el poder, cada gobierno es solamente un cambio de amo; el pueblo sigue padeciendo las mismas (o peores) carencias mientras los gobernantes transan, se enriquecen, etc.;
  • La rebelión no se cura con medicinas, tratamientos psicológicos, etc. Está en uno;
  • Después de los acontecimientos, cambia la mirada; hay sonidos que a uno lo despiertan o lo hacen darse la vuelta con temor.

Reitero la cita de Proust con la que inicié esta mañana:

“Porque al ser que más amamos no somos tan fieles como a nosotros mismos” a menos que se trate de gatopardismo, por supuesto.

La cita completa, de El tiempo recuperado, dice: “Porque al ser que más amamos no somos tan fieles como a nosotros mismos y lo olvidamos tarde o temprano para poder -ya que es uno de nuestros rasgos- volver a empezar a amar”. El asunto es que yo no olvido.